miércoles, 14 de noviembre de 2007

El miedo en la escuela

El pasado viernes 9 de noviembre me encontraba dando clases en un 9no año y de pronto por estas cosas que uno no ha previsto uno de mis alumnos me preguntó si podía salir antes y le pregunte ¿por qué?. Este me relato muy angustiado que hacía unas semanas un compañero del establecimiento lo estaba amenazando y ya lo había golpeado en la calle. Inmediatamente el tema quedo instalado y el resto de los alumnos también muy preocupados comenzaron a relatar lo que venía sucediendo hace aproximadamente 30 días atrás. A partir de ese momento y con otras colegas del establecimiento, nos interesamos y comenzamos a ocuparnos del tema “el miedo a los pares”. Nuestra preocupación fue mayor cuando reparamos en que el alumno amenazado era un adolescente querido por sus compañeros y que los docentes apreciábamos por su respeto hacia los adultos, su buen carácter y esencialmente por ser alegre, jovial, optimista, comunicativo, afectuoso.
Y era este alumno el que ahora, inconscientemente nos estaba reclamando un derecho que es fundamental para una vida digna y realizada, “la seguridad”. Que cuando esta presente les permite a las personas una convivencia en la que básicamente esta ausente el miedo a los otros.
¿Qué es lo que esta sucediendo en los establecimientos en donde se supone que los alumnos deben sentir seguridad para moverse libremente siempre que se respeten las normas de convivencia establecidas por la institución?.¿Qué estamos haciendo los adultos para proteger a un adolescente que se siente perturbado y angustiado por temor a que le suceda algo contrario a lo que desea?. ¿Cómo podemos responder los docentes a este tipo de demandas, que sin duda cada ves son más frecuentes en un ámbito cuyo objetivo principal es la enseñanza, la cual se ve interrumpida por temas que no son menos importantes -a los cuales los docentes comprometidos no podemos dejar de lado- pero que no esta a nuestro alcance manejarlas correctamente ya que no hemos sido preparados ni capacitados para solucionarlos?. ¿Dónde están los directivos más atentos al papeleo, al cumplimiento de disposiciones verticalitas y al obsequio de programas nacionales que reparten, no se porque motivo, importantes sumas de dinero?. ¿Dónde esta el Estado que exige, pero que no dispone con urgencia de recursos e ideas que promuevan la buena convivencia en la instituciones educativas?.
Lo cierto es que hoy en día, la práctica de la enseñanza tal como la entiende Gloria Edelstein se ve interrumpida por actividades de neto corte asistencial que nos lleva a los docentes a ejecutar tareas consideradas de ayuda social restandole tiempo a nuestra verdadera tarea "que es la de enseñar".

1 comentario:

Letter dijo...

¡Silvita! ¡Qué dilema! He visto que existen los Homeschoolers pero tampoco me parece la solución. Es una realidad que hay que discutir, no digo adherir pero atender si queremos que la escuela pública siga existiendo.Algo puse en mi nuevo blog: http://profesorasigloxxi.blogspot.com/