martes, 25 de septiembre de 2007

Los Parques en el Interior

En realidad los parques de diversiones en el interior eran muy distintos a los que se encontraban en las grandes ciudades o en las capitales de las provincias ya que no contaban con juegos llamativos y la mayoría de ellos tenían una infraestructura muy precaria.
Estos se instalaban a las afueras de la ciudad o en algún sitio baldío polvoriento que el municipio destinaba para el asentamiento de circos o de otro tipo de atractivo ambulante.
Estos parques tenían los juegos más comunes como las sillas voladoras, un gusano loco, un tren fantasma que desarrollaba una velocidad mínima y lo más llamativo podía ser una calavera que aparecía en algún momento de su efímero recorrido.
Solo algunos parques presentaban como mayor atractivo la montaña rusa, a la cual subían los más osados ya que su precario montaje generaba más temor que el tren fantasma.
Como complemento, estos espacios de diversión poseían un quiosco y una serie de casuchas de lata adornadas por lucecitas de colores en donde se podía jugar a derribar con una pelota un muñeco o una botella, a las argollas y a embocar fichas o monedas en la boca del sapo.
A pesar de su precaria infraestructura los parques generaban un atractivo para la población de las pequeñas ciudades ya que esto significaba un paseo familiar distinto para el fin de semana.