martes, 16 de octubre de 2007

Todos los extremos son malos.

Estoy de acuerdo que la imagen en nuestra cultura contemporánea cumple una función importante y que los medios electrónicos se han ocupado de instalarla, pero son pocas las personas que pueden a veces leer una imagen, uno debe ser muy observador y antes, debe haber aprendido a observar, lo que significa haber pasado por fuertes experiencias que lo llevaron a aprender a mirar detenidamente o de lo contrario tener conocimientos teóricos sobre como se debe observar lo que nos conduce sin duda a las palabras. Por lo tanto comparto la opinión de Nelly Schnait.
Este tema también me lleva a otra afirmación “hay imágenes que tapan las palabras” por que las palabras son más peligrosas que las imágenes. A que me refiero con esto, - aquí me sale mi alma de docente – los primeros textos que se publicaron a partir de la implementación de la Ley Federal de Educación, abundaban las imágenes ya que se pretendía instalar en la sociedad que era más fácil para un niño o adolescente adquirir conocimientos de esta manera, pero el conocimiento no es fácil de adquirir solo a través de un dibujo o de una fotografía para esto hay que tener una fuerte imaginación y la imaginación se alimenta de la lectura. Además para ciertos gobiernos que prefieren tener una población que piense de manera superficial y no se cuestione sobre su presente y futuro y que se olvide rápidamente de su pasado y que sienta que la memoria solo trae malos recuerdos, este tipo de textos tan ilustrados resultan los más adecuados para llevar adelante este objetivo.
Quiero aclarar que las editoriales poco a poco fueron incorporando más texto que imágenes, pero aun no han podido superar la calidad de los viejos textos y no estoy haciendo referencia aquellos que utilizábamos en el secundario, sino a los que vinieron después y que muchos docentes dejaron de utilizar por que creían que no eran los apropiados, YO NUNCA LOS ABANDONÉ y no me he arrepentido.

El Renacimiento


Breve explicación de algunas de las obras más representativas del Renacimiento

La Antigua Roma

jueves, 11 de octubre de 2007

martes, 9 de octubre de 2007

La diversión y la Historia


Gustaban de un sin número de juegos entre los que se cuentan atrapar aves en las cañas de papiros, la caza de animales y algunos juegos de mesa que involucraban mover piezas en el tablero, según el resultado del lanzamiento de dados.




Las competencias atléticas era una de las actividades que se realizaban en las distintas festividades en honor a los dioses. El primer festival olímpico se celebró en el año 776 a. de c. y después se llevaron a cabo cada cuatro años para honrar a Zeus.



Aunque algunos gladiadores eran hombres libres, seducidos por la oportunidad de ganar recompensas, la mayoría eran criminales condenados, esclavos o prisioneros de guerra los cuales podían obtener su libertad por medio de los juegos





“Hoy, sin un voto que vender, su lema es: No podría importarme menos. Hubo un tiempo en que su voto elegía generales, jefes de estado, comandantes de legiones; pero ahora, que los han forzado a tomar una alternativa, sólo hay dos cosas que les preocupen: el pan y el circo”. Juvenal, sátira 10.


Hipódromo de Constantinopla capacidad 40.000 a 60.000 espectadores, la principal atracción las carreras de cuadrigas solían celebrase veinticuatro en un solo día. A los triunfadores –aurigas – se los aclamaba como si fueran héroes y se los honraba con estatuas públicas.




En su origen los torneos consistían en una meleé, en las que los caballeros peleaban con armas romas en batalla campal. El objetivo era hacer prisioneros para luego pedir rescate por ellos lo que hacía de los torneos un modo de obtener ganancias. Al final del siglo XII la meleé, fue remplazada por la justa.











viernes, 5 de octubre de 2007

Una Calesita



En el relato anterior no se por que razón me olvide de mencionar "la calesita", palabra esta considerada por la Real Academia Española como un argentinismo, indicando que la misma no solo se usa en nuestro país sino también en Uruguay, Paraguay y Bolivia. Anteriormente era conocida por el vocablo hispano tiovivo, lo que para nosotros significaría (separadamente) sujeto listo o astuto, capaz de cualquier engaño o fraude.
Bueno, pero dejando de lado el origen de esta palabra; esa plataforma circular de madera habitada de trecho en trecho por una fauna conformada por elegantes caballos todos ellos dispuestos a intentar el salto, elefantes con sus trompas en alto, inofensivos leones, autitos y aviones descoloridos y pequeños asientos de madera, cubierta de una lona circular rallada y decorada por una cenefa colmada de imágenes de Walt Disney, es sin duda uno de los recuerdos que persisten en mi memoria.
Y es esta memoria, la que me lleva a evocar a aquel personaje de espíritu infantil “el calesitero”, que por pocas monedas, empujaba la calesita por algunos segundos hasta que echaba a andar y luego se colocaba al costado moviendo una gran pera de madera que tenía en su parte inferior una sortija, el premio más preciado para todos los tripulantes de este artefacto que se movía al compás de algún ritmo infantil de moda.